Otro fugaz sujeto: yo

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Este sujeto al que ahora observo y reconozco en mi mismo, nació en 1978, en una ciudad de provincias de nombre Puertollano, al sur de Ciudad Real, España. Nació a los siete meses de gestación, algo precipitado, como otro espécimen humano más de entre los cuatro mil y cinco mil millones que en ese instante ya existían en la tierra. Inmediatamente después de su nacimiento, miles de seres como él hicieron lo mismo y otros tantos, dejaron de ser hijos de Eros para estrechar la mano de Tánatos. El nombre que decidieron para él fue David, nombre común de la tradición judío-cristiana cuyo significado es 'amado', como la mayoría de los productos del instinto de supervivencia de su especie. Necesario para la perpetuidad de ésta, como todos, se dispuso a emprender su cometido a trompicones: ir contra-natura y no dejar más rastro que el ego. De ese instante hasta el momento no hay mucho que reseñar. Lo que trascienda puede que se lea, o no, en esta página. Lo que no, marchará de esta tierra y ser nada acompañada de gusanos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

(Resurrección)



Ante la caída del buque dorado
se agita la piel,
-escalofrío-
y tan atenta la mirada
que ocultando el recuerdo
solo vislumbra sin-ser,
la nada.

Ha llegado la noche y con ella
las verdades.
Ya sale el lucero
y mil lagrimas de Caos.
Ya está seca la tierra
necesitada de llantos.
Ya marchitan las flores
del pasado.

-¿Y tú quién eres?-
pregunta el canto de sirenas
blancas de Tramuntana.
-yo soy cada instante
hijo forzoso del pasado,
Saturno enfurecido de futuro-.


Y se despidió de Eolo,
de Osiris, de Neptuno de Marte,
y dejó el viento que cantan la sirenas,
Así huyó del Sol, del mar y de la guerra.

Allí estaba, sí,
con manos de tierra y sangre
ante el agujero del olvido,
la muerte y la resurrección,
más allá del retorno,
más aquí que el ahora,
quedando sólo una cosa:
¡el éxodo del alma vieja,
la muerte intempestiva
y el llanto de las sirenas!
Y solo queda una cosa:
seguir la carrera sin meta
dejando en el hueco la nada
y una cabeza y la bala.