Otro fugaz sujeto: yo

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Este sujeto al que ahora observo y reconozco en mi mismo, nació en 1978, en una ciudad de provincias de nombre Puertollano, al sur de Ciudad Real, España. Nació a los siete meses de gestación, algo precipitado, como otro espécimen humano más de entre los cuatro mil y cinco mil millones que en ese instante ya existían en la tierra. Inmediatamente después de su nacimiento, miles de seres como él hicieron lo mismo y otros tantos, dejaron de ser hijos de Eros para estrechar la mano de Tánatos. El nombre que decidieron para él fue David, nombre común de la tradición judío-cristiana cuyo significado es 'amado', como la mayoría de los productos del instinto de supervivencia de su especie. Necesario para la perpetuidad de ésta, como todos, se dispuso a emprender su cometido a trompicones: ir contra-natura y no dejar más rastro que el ego. De ese instante hasta el momento no hay mucho que reseñar. Lo que trascienda puede que se lea, o no, en esta página. Lo que no, marchará de esta tierra y ser nada acompañada de gusanos.

miércoles, 22 de abril de 2009

OJICIDO


Mírame, ¡mira!

no dejes nunca de hacerlo,

contagiarme esa dulzura

por puro reflejo

y mírame, ¡mira!

trae tus ojos, dámelos,

no más vendas, -no- por ciegos,

vendados tampoco los quiero.


Y mírame, ¡mira!

Sólo quiero los tuyos

tan fluidos como una roca,

gelatina de mármol;

tan fríos como la aurora,

muñequitos de piedra.


Y mírame, ¡mira!

no dejes nunca de hacerlo,

destruye mis querencias

con el fulgor de una

diosa de prostíbulo:

Así, así, así,

como Atenea.

Ésos son los ojos que quiero

para guardarlos en vasitos

formolizados

inertes

fijos

Pero los tuyos ya no,

ahora ya no los quiero

no te los saques.

Antes sí, hace un metro,

ahora prefiero otros sin hedor a pasado,

y sin dejar de mirarme, ¡mira!

los pise con mis labios

¿qué quieres que haga?

Me temblaron las manos

¡ojicidio!¡ojicidio!.