Otro fugaz sujeto: yo

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Este sujeto al que ahora observo y reconozco en mi mismo, nació en 1978, en una ciudad de provincias de nombre Puertollano, al sur de Ciudad Real, España. Nació a los siete meses de gestación, algo precipitado, como otro espécimen humano más de entre los cuatro mil y cinco mil millones que en ese instante ya existían en la tierra. Inmediatamente después de su nacimiento, miles de seres como él hicieron lo mismo y otros tantos, dejaron de ser hijos de Eros para estrechar la mano de Tánatos. El nombre que decidieron para él fue David, nombre común de la tradición judío-cristiana cuyo significado es 'amado', como la mayoría de los productos del instinto de supervivencia de su especie. Necesario para la perpetuidad de ésta, como todos, se dispuso a emprender su cometido a trompicones: ir contra-natura y no dejar más rastro que el ego. De ese instante hasta el momento no hay mucho que reseñar. Lo que trascienda puede que se lea, o no, en esta página. Lo que no, marchará de esta tierra y ser nada acompañada de gusanos.

sábado, 11 de junio de 2011

Reflexión sobre el modelo partidista en la actualidad.



           Hace un año aproximadamente, por requisitos académicos del Máster en Política y Democracia que realizo en la UNED se me encomendó la tarea de analizar dos textos clásicos de la politología del S.XX que, dado el estado de la política actual, el resultado electoral y las demandas del movimiento 15-M han vuelto a mi memoria. 

  El primero de estos textos, de Ruud Koole[1] es un repaso histórico por las diferentes nociones de partido y sus diferentes posiciones respecto al estado y la sociedad civil a lo largo de la historia para llegar de lo que Koole denomina “cuarta fase del desarrollo partidista”[2], el Partido Cartel que definieron  Katz  y Mair[3] para finalmente criticar perspectivas unifocales como –Cartel- en la percepción y definición de los partidos, sus estructuras y sus nomenclaturas. 

El segundo texto corresponde a Herbert Kitschelt y se titula “Diversificación y Reconfiguración de los Sistemas de Partidos de las Democracias Postindustriales”[4]. En este artículo, partiendo del análisis de las preferencias  e intereses políticos, el reposicionamiento de los partidos respecto a los ejes Distributivo-Redistributivo en cuestiones económicas, Liberal-Autoritario en aspecto socioculturales que les han condicionado a cambiar sus bases programáticas y las perspectivas respecto a la redimensión-redefinición de su estrategia, acaba siendo una crítica  a la definición unívoca de Cartel y a la afirmación de que se ha superado dicha dimensión al provocar desafección, desconfianza y desinterés de la sociedad civil hacia la política y democracia.  

Pero, ¿en qué consiste un partido Cartel? La noción de que la dependencia de los recursos del estado de los partidos, del control de la financiación estatal para poder excluir a otros agentes en el marco político,  su estructura interna 'estratárquica' y su  operancia colusiva y conspiradora para con el mantenimiento de la posición interna y externa de élite y partido, parecen ser las características propias que nos hacen poder hablar de partidos Cartel. El sistema político Cartel estaría constituido por partidos cartel que intenta oligopolizar el poder político y excluir a otros. 

El posicionamiento cada vez más neutro de los partidos respecto a las características que antaño les parecían propias, tales como el carácter redistributivo de los partidos socialdemócratas o distributivo de los demócrata-cristianos como ejemplo, ha propiciado la aparición de nuevos agentes políticos como los partidos nacionalistas, aquellos centrados en objetivos concretos como los ecologistas o partidos que polarizan las tendencias clásicas  hacia vertientes autoritarias o liberal-redistributivas. Este hecho ha condicionado un cambio en los ejes programáticos de los partidos  que les han llevado a posicionarse como proteccionistas respecto al poder. No obstante, la noción cartel implicaría éxito en las pretensiones de los partidos excluyentes, algo que con la mera observación podemos comprender que no ha sido así. Este tipo de política ha condicionado la desafección de la sociedad civil respecto de los partidos políticos. El surgimiento de grupos sociales de presión y de asociaciones ciudadanas con intereses comunes demuestra que los ciudadanos no se sienten desengañados por la democracia, sí por los partidos. La causa de esto es el indudable y creciente solapamiento  de los partidos respecto al estado y un alejamiento progresivo de  de éstos de la sociedad civil además de un clientelismo respecto a agentes económicos cercanos que ha ido en aumento mediante privatizaciones y concesiones de los estados-partidos respecto dichos agentes económicos.

Es también considerable el mayor número de electores racionales no ligados por motivaciones partidistas, de filiación o tradicionales a ningún partido y que deciden su voto en función de la conveniencia y los intereses propios. Este hecho  que podemos definir como Descenso de la Identificación Partidista, es otra de las causas de la mencionada 'neutralización' de las posiciones tradicionales de los grandes partidos clásicos. La causa de este incremento la debemos encontrar en el crecimiento de los estados de bienestar y de la intervención del estado. La búsqueda de una ‘economía mixta’ en cuyo ejemplo más claro podemos encontrar al laborismo Inglés de la época Blair y la existencia de relaciones elector-político clientelistas. Consecuencia de esto es que en muchas ocasiones los partidos se han aislado a sí mismos respecto al gran electorado provocando entre otras cosas baja participación electoral. 

No obstante, en ambos textos, para llegar a dichas conclusiones, se tratan otros temas, necesarios para la comprensión del -Partido Cartel- o el –Sistema Político cartel-, de la evolución de la organización y naturaleza de los partidos,  que sirven para ilustrar el panorama reciente de los partidos políticos y la deriva a la cual han estado sometidos para llegar a su posición actual. Por ello, aun hablando de temas que parecen poder tratarse por separado,  se intercalan referencias que pueden ser complementarias a la comprensión general de la idea que finalmente ambos quieren establecer como conclusión difusa pero inherente a todo estudio comparado de los partidos políticos: que las definiciones y los sistemas de partidos tienden a solaparse y que las definiciones unívocas han de servir como referente para el análisis comparado como hipótesis de la que partir,  pero no como marco indiscutible en el que posicionar a uno u otro partido. Los partidos políticos en general suelen tener rasgos que les acercan a definiciones concretas e ideales de partidos, pero comparten indudablemente otras características que les acercan a otras vertientes de la estructura partidista. Que las definiciones son un elemento ‘ideal’ del análisis de partidos queda claro desde el inicio en el artículo de Koole al afirmar “La investigación sobre partidos se ha visto recientemente reavivada por un nuevo tipo (ideal) de partido político, el partido Cartel…”[5] y en Klitschelt en la conclusión, haciendo referencia a otro tipo de definición partidista “…los partidos Catch all nunca llegaron a existir más que en la imaginación de los antiguos y desilusionados partidarios de la política de clases revolucionaria, por un lado, y en la imaginación de entusiastas ideológicos del capitalismo de postguerra…”[6]



[1] KOOLE, R., Cadre  Parts, Catcha-all or Cartel? AComment on the Notion of the Cartel Party; Party Politics, 1996, Vol 2; Zona Abierta 108/109, 2004; págs 43-65; traducción de María Jiménez Bueno.

[2] IBID pág. 43.

[3] KATZ, R. S. Y MAIR, P.;Changing Models of Party Organization and Party Democracy: the Emergence of the Cartel Party; Party Polítics, 1995.

[4] KITSCHELT, H.; Diversificación y Reconfiguración de los Sistemas de Partidos de las Democracias Postindustriales; Revista Española de Ciencia Política, núm. 10, Abril de 2004, págs. 9-51; traducción de Eduard Bonet.

[5] KOOLE, R., Cadre  Parts, Catcha-all or Cartel? AComment on the Notion of the Cartel Party; Party Politics, 1996, Vol 2; Zona Abierta 108/109, 2004;43-65; traducción de María Jiménez Bueno, pág 43.

[6] KITSCHELT, H.; Diversificación y Reconfiguración de los Sistemas de Partidos de las Democracias Postindustriales; Revista Española de Ciencia Política, núm. 10, Abril de 2004, págs. 9-51; traducción de Eduard Bonet; pág 47.