Otro fugaz sujeto: yo

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Este sujeto al que ahora observo y reconozco en mi mismo, nació en 1978, en una ciudad de provincias de nombre Puertollano, al sur de Ciudad Real, España. Nació a los siete meses de gestación, algo precipitado, como otro espécimen humano más de entre los cuatro mil y cinco mil millones que en ese instante ya existían en la tierra. Inmediatamente después de su nacimiento, miles de seres como él hicieron lo mismo y otros tantos, dejaron de ser hijos de Eros para estrechar la mano de Tánatos. El nombre que decidieron para él fue David, nombre común de la tradición judío-cristiana cuyo significado es 'amado', como la mayoría de los productos del instinto de supervivencia de su especie. Necesario para la perpetuidad de ésta, como todos, se dispuso a emprender su cometido a trompicones: ir contra-natura y no dejar más rastro que el ego. De ese instante hasta el momento no hay mucho que reseñar. Lo que trascienda puede que se lea, o no, en esta página. Lo que no, marchará de esta tierra y ser nada acompañada de gusanos.

lunes, 19 de diciembre de 2011

(Noctámbulo II)






Ni luz en las ventanas, ni niños jugando,
ni muerte en las aceras, ni vida en los viales,
ni llantos en las torres, ni disparos en los campos.

Sólo:
sonido de ramas que se buscan.

Sólo:
el color de farolas despierta.

Solo dos sombras noctámbulas de calle
y un gemido incesante de vida.

La madrugada se tiñe de espera
mientras pasan sus sonidos como horas:
Lírico tiempo que a compás de ideas
vuela como un adagio compuesto con sangre.

Es el insomnio vampírico
que seduce con carne de búsqueda
el soplido de tu nombre,
de tu aroma,
tus caricias,
mí -siempre estaré 'esente'-
tú -ya nos veremos mañana-.