Otro fugaz sujeto: yo

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Este sujeto al que ahora observo y reconozco en mi mismo, nació en 1978, en una ciudad de provincias de nombre Puertollano, al sur de Ciudad Real, España. Nació a los siete meses de gestación, algo precipitado, como otro espécimen humano más de entre los cuatro mil y cinco mil millones que en ese instante ya existían en la tierra. Inmediatamente después de su nacimiento, miles de seres como él hicieron lo mismo y otros tantos, dejaron de ser hijos de Eros para estrechar la mano de Tánatos. El nombre que decidieron para él fue David, nombre común de la tradición judío-cristiana cuyo significado es 'amado', como la mayoría de los productos del instinto de supervivencia de su especie. Necesario para la perpetuidad de ésta, como todos, se dispuso a emprender su cometido a trompicones: ir contra-natura y no dejar más rastro que el ego. De ese instante hasta el momento no hay mucho que reseñar. Lo que trascienda puede que se lea, o no, en esta página. Lo que no, marchará de esta tierra y ser nada acompañada de gusanos.

martes, 10 de noviembre de 2009



No se me da bien eso de ser romántico,
lo siento,
pero no encuentro las palabras para serlo,
las olvido, se me escapan,
huyen con otras y se diluyen en el aire,
me dejan solo,
y sólo puedo hablar de muerte, angustia,
caída lenta del homínido en lo humano
buscando miradas en lo otro que puedan definirme
y marcar mi contorno en la dicotomia del objeto.


¿No se?,
no se me da bien eso de ser romántico,
ni cuando estás a mi lado bajo las sabanas
de una cama anónima improvisada con toallas
con el sol de lampara y las nubes de testigo.


No lo entiendo.
Se apreciar en el viento la poesía de la locura
y su canto nervioso.
Miro al suelo y una piedra me parece un universo,
infinita e inmensa de átomos y estrellas.
Incluso al ver una mosca,
su vaivén errante,
puedo comprender la grandeza de la vida,
la pequeñez del vuelo.


Pero no se me da bien eso de ser romántico,
y cuando pienso en tus ojos me viene la humanidad,
todo deseo, eso que algunos se empeñan en llamar amor,
y me entran celos de tu ropa que absorbe el sudor
que yo saborearía a lametazos hasta llegar a tu sexo.


Lo ves:
no se me da bien eso de ser romántico,
y cuando lo intento,
sólo pienso en un mendigo ebrio chapurreando a una farola,
lo ves:
no se me da bien eso de ser romántico.

1 comentario:

  1. En mi opinión has sido romántico... sobretodo en la frase: "no se me da bien eso de ser romántico", puesto que en el hecho de enunciarla se esconde el evidente hecho de querer serlo aunque sea por un instante.

    Y por cierto, yo no soporto la idea de pensar que el amor es abstracto... nolo soporto! en mi opinión no lo es.

    besos.

    Carmen.

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