Dispersa como los sesos tras la caricia de la bala,
ansia:
sensación desesperante ante el vacío.
Lacerante y dura como la polla del violador en su víctima,
ansia:
explosión opresiva en gentes perturbadas.
Ciega como el genocida mordido por convicciones,
ansia,
cava tumbas para ahorcados y da el cielo a los mezquinos.
Lasciva como Edipo follándose a su madre,
ira:
lanzad lo prohibido y lo admitido a estercoleros.
Desesperada como la victima del mortero que aguanta sus entrañas para que no salgan,
ira:
destripad las redondas y sangrantes barrigas del conocimiento.
Sedienta como el alcohólico que espera tras la barra su última cerveza,
ira:
huid de la corrupción del orden, cortad cabezas dormidas.
Muerta como las gentes que caminan por las calles,
ira:
los puños sangran al dar contra paredes.
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