Otro fugaz sujeto: yo
- David Gómez Cejudo
- Este sujeto al que ahora observo y reconozco en mi mismo, nació en 1978, en una ciudad de provincias de nombre Puertollano, al sur de Ciudad Real, España. Nació a los siete meses de gestación, algo precipitado, como otro espécimen humano más de entre los cuatro mil y cinco mil millones que en ese instante ya existían en la tierra. Inmediatamente después de su nacimiento, miles de seres como él hicieron lo mismo y otros tantos, dejaron de ser hijos de Eros para estrechar la mano de Tánatos. El nombre que decidieron para él fue David, nombre común de la tradición judío-cristiana cuyo significado es 'amado', como la mayoría de los productos del instinto de supervivencia de su especie. Necesario para la perpetuidad de ésta, como todos, se dispuso a emprender su cometido a trompicones: ir contra-natura y no dejar más rastro que el ego. De ese instante hasta el momento no hay mucho que reseñar. Lo que trascienda puede que se lea, o no, en esta página. Lo que no, marchará de esta tierra y ser nada acompañada de gusanos.
domingo, 29 de enero de 2017
El Alba (mi primer poema)
El alba, augurio de nuevas promesas.
El alba, nubes en el horizonte.
El alba, martirio de pecadores.
El alba, es tan sol eso, el alba.
He despertado con al mirada nublada
y un rayo de luz me despeja,
por fin.
Sensaciones omnipotentes y miras confundidas
se mezclan en el frio camino hacia el diario devenir.
Púrpuras y rosados se unen en el horizonte
mientras mis pies tiemblan para no quedar rezagado,
pues he perdido muchas carreras
y en esta, quiero empatar.
He visto miles de estorninos
apoyarse en una sola rama,
y ahora veo como mi árbol
se rompe por mi pesado divagar.
Cinco minutos me separan del adiós
para seguir así cada uno su camino
y el horizonte sigue plateado
mientras se oscurece mi mirada.
El alba ya ha pasado
y con ella mi vida entera,
ahora, ha de llegar la tarde
con el balbuceo de mi propia mentira
y la lluvia que brota de mi alma.
¡ojalá crezcan flores con este, mi rocío,
y sus colores sean purpuras y rosados
como el horizonte de cada amanecer!
El albas, grito de esperanza.
El alba, y se huele el rocío.
El alba, larga ha sido la noche
mientras soñaba que volvería a ver
la luz de tus ojos y los colores del horizonte.
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